El tarot es una herramienta maravillosa. Como conjunto de signos y símbolos se entrega a quienes estén dispuestos a conocerlo para que con él puedan armar distintos relatos e indagar su mito y/o historia personal.
Si bien, al comienzo, es muy tentador leer varias cartas al mismo tiempo, cuando se inicia la tarea de leer el Tarot es preferible hacerlo de modo ascendente, es decir desde una sola carta hasta algún esquema determinado como, por ejemplo, el esquema astrológico que comprende doce cartas.
A medida que se va sintiendo cómodo con los sistemas de lectura que va aprendiendo, animarse a generar esquemas propios de lectura es muy enriquecedor.
Poder componer sus rutas propias de lectura, suma un ejercicio más al aprendizaje del significado del Tarot, porque generar diferentes acciones para incorporar el esquema de tarot es la manera más práctica de interiorizarse con el mismo.
Sería algo así, como conocer el camino que conduce a un lugar dado, y entonces aventurarse a conocer el terreno haciendo otros recorridos, sin perder el objetivo al que se quería llegar en un principio.
Al inicio, en la medida que se utilizan menos cartas, más se aclarará la lectura, y será más precisa, permitiendo ser más contundente al lector ante la consulta que está abordando.
Armar un esquema visual de tarot o tirada implica mucha creatividad que debe poner en acción aquel que este dispuesto a hacerlo. Pero la creatividad no sería algo que surge de modo divino, sino que debe ejercitarse y cuanto más se pone en práctica, más resultados se obtienen.
Si bien, el Tarot, permite a todo aquel que lo maneje sumergirse en sus significados sin predeterminar lugares específicos, previamente, para cada uno de los naipes que se extraigan, es preferible que se coordinen lugares y contextos delimitados para cada una de éstos en la lectura que se pone en marcha.
Establecer una diagramación, permite poder posicionarse de un modo más claro, al lector, sobre la consulta realizada.
Cada mazo representa una complejidad distinta en tanto la simbología y el entorno que en el mismo se haya generado. Un consejo, sería comenzar con un mazo simple en este aspecto, como por ejemplo el tarot Rider Waite, podría decirse que es muy concreto con aquello que presenta en sus láminas.
A medida que se avanza, en el ejercicio y conocimiento del tarot, se puede ir conquistando otros mazos. También es importante comprender que cada mazo tiene un entorno como punto fuerte.
Así por ejemplo, el Tarot Mítico sirve, tal vez, específicamente para una consulta que se apoya sobre los vínculos, y en cambio, el Tarot Osho- Zen presenta claves para meditar.
Todos responden a la consulta, pero el contexto sobre la respuesta que dan es diferente. Es bueno encontrar aquel mazo con el que se sienta más cómodo ante las distintas consultas y/o ante las lecturas en general.
¿Qué debe contener un esquema visual de tarot?
En principio, y lo más obvio, sería aquello necesario para obtener una respuesta. La misma puede encontrarse a partir de la extracción de sólo una carta.
Pero, también, podría hallarse a partir de la ampliación de ese naipe, es decir utilizando más de una carta para la lectura.
En el caso de que sea solo una carta, con la misma se debería poder responder, de un modo acotado, sobre la situación presente del consultante (que resume en la misma pasado/futuro), sus trabas, sus fortalezas, el consejo, y dar una respuesta unitaria sobre la consulta.
Pero, por otro lado, se podría sacar una carta para cada uno de los puntos especificados anteriormente. Entonces, podrían tenerse en mente, en un principio, para la diagramación de un esquema visual de tarot el número total de siete naipes a disponer en relación.
La disposición de cada uno quedará a condición de su diagramador. Por supuesto, que es solo un ejemplo, pueden contemplarse otros planos y características según aquello que se busque.
* Carta 1: para determinar la situación sobre la que se consulta.
* Carta 2: para saber qué energía y/o arquetipo está caracterizando al consultante en ese momento.
* Carta 3: para saber cuál es el entorno.
* Carta 4: para saber cuáles serán las pruebas a pasar.
* Carta 5: para saber cuáles son las herramientas con las que cuenta el consultante.
* Carta 6: para saber cuál es el consejo para afrontar la situación.
* Carta 7: para saber cuál sería el consejo del que lee sobre la situación que se consulta (es bueno reservar una carta que sería la mirada del que lee sobre el problema consultado)
Así, en base a estos puntos centrales se puede ir abriendo la lectura, como si se estuviese haciendo foco sobre cada uno de los naipes.
También puede recortarse y/o modificarse, claro está, (vuelvo a repetir) esto es solo un ejemplo, y dependerá de aquello que se quiera indagar, y de la creatividad de su creador.
Seguramente, que a medida que se ponen en práctica, se van a ir ajustando en tanto aquello que realmente le interese conseguir al lector mediante el esquema visual de tarot armado.
Generar esquemas visuales de tarot sobre signos y/o símbolos alusivos a una temática determinada es muy alentador.
Así, si se está preparando una lectura para saber si hay una unidad real amorosa, se podrían emplear colores e imágenes alusivas al tema, como también se podría armar una lectura en forma de corazón.
Es bueno tener en mente que los signos y símbolos que se están manejando, en un lectura, aluden al imaginario colectivo, por tanto es atinado ser consciente de que los esquemas que se arman deben fácilmente corresponderse con los relatos a los que se hace referencia, en tanto el entorno cultural en el que se habita.
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